¿Por qué algunos proyectos online no terminan de funcionar?

En ocasiones me encuentro con proyectos cuya idea original a priori es buena pero que no llegan a buen puerto, no tienen el éxito esperado.

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Tristemente cada vez más se da esa situación y grandes ilusiones y esfuerzos acaban en la papelera a pesar de haber podido funcionar correctamente, y los factores que nuestra dilatada experiencia nos hacen descubrir cómo puntos posibles de fallo son sencillos de solucionar, que es lo más grave!

Los principales son:

  • mala gestión y/o desorganización del proyecto
  • no adecuada implementación de las tecnologías
  • no hacer caso o no acudir a expertos

 

Como se puede ver, no sólo depende del presupuesto o del tiempo para hacer las cosas, en la mayoría de las veces con poco dinero se pueden realizar grandes tareas.

El éxito de los proyectos está en nuestras propias manos.

A modo de ejemplo, pongamos que se quiere crear una página web con sus redes sociales asociadas.

Entre los requisitos, lógicamente está que esa web sirva para … anda! no se dan objetivos para la web… y no hay presupuesto para hacer ese análisis previo ni de la estrategia en redes sociales, simplemente «créalos y publica y que haya presencia en internet«, vamos el clásico de «monta una web porque tenemos que estar en internet«.

Tras desaconsejar esa forma de actuar e incluso rebajar presupuesto de otras tareas para intentar tener una base con la que trabajar, las «órdenes» recibidas no cambian.

Por lo tanto, se crea una web sin disponer de palabras clave para el posicionamiento en Google y otros buscadores, y se crean unos perfiles sociales sin estrategia ni hitos de publicación. Eso sí, hay compromiso al menos de proporcionar  contenido para publicar en todas las plataformas digitales.

La web a su vez recibe indicaciones de usar una imagen gráfica impuesta (otro gran error) nada adecuada, y lo peor de todo es que ese contenido prometido no llega.

¿Resultado? Pues el esperado, no se consiguen objetivos (y no sólo porque no los haya), no aumentan las visitas (tampoco se pidió medirlas) ni los fans (no colabora en la difusión ni quien lo encarga), no hay dinamización de contenidos (contenidos improvisados por intentar frenar el desastre).

Y dos conclusiones:

  • No se debería de dejar «gobernar» un barco online a alguien que no tenga conocimientos suficientes del sector (para eso hay que saber delegar en los expertos, que exista CONFIANZA).
  • No abordar ningún proyecto online sin unos objetivos ni una estrategia. Y mucho menos sin contar con la plena colaboración de TODO el equipo que lo integre.

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Sí, son dos conclusiones de sentido común, pero creedme que no en todos los casos se cumplen.

Desde luego, los desastres son minimizables  si se piensa con antelación, una adecuada página web (dimensionada a los recursos disponibles) siempre ayuda, y las redes sociales bien gestionadas y alimentadas deben de hacer que nuestros seguidores (aquellos que hacen MeGusta-Like) digan a sus amigos que les gusta nuestra página.

 

 

NOTA del Autor: cualquier parecido de este post con un caso real es pura (y triste) realidad. Pero de los errores deberíamos de aprender.